Salar de Huasco (provincia de Iquique, I Región): Hábitat de flamencos, aves migratorias, cóndor y ñandú.
.
Un área fiscal de aproximadamente 120.000 hectáreas en el nortino Salar del Huasco fue destinada al Ministerio de Bienes Nacionales, según consta en el Diario Oficial del 22 de abril de 2006, para conservación y gestión sustentable convirtiéndose en una nueva área de conservación de carácter público-privada.
Esta destinación es un gran logro del proyecto “Conservación de la Biodiversidad y Manejo Sustentable del Salar Huasco”, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF en su sigla inglesa) a través del PNUD y ejecutado por el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED).
El tamaño del área recién establecida es notablemente superior a las 6.000 hectáreas designadas en 1996 como sitio Ramsar (humedal de importancia internacional para el hábitat de aves acuáticas) y a las 9.950 hectáreas declaradas Santuario de la Naturaleza en 2005.
A su establecimiento contribuyeron resultados importantes del proyecto tales como la caracterización de la biodiversidad y ecología del Salar del Huasco y la identificación de las presiones sobre el ecosistema tales como la potencial extracción de aguas subterráneas que superen la capacidad de recuperación del humedal, el desarrollo creciente de un turismo no regulado, la potencial sobrecarga ganadera de los bofedales y acciones de caza o extracción de especies vegetales y animales en categorías de conservación.
El proyecto, iniciado en 2002, fue pionero al proponer mecanismos de cooperación público-privada para conservar la biodiversidad en lugares de alto interés ya que el Estado no contaba con todos los recursos necesarios para hacerlo sin la cooperación multisectorial y la participación de la comunidad y el sector privado.
“Pensamos que era posible sentar en una mesa a actores como municipios, comunidades indígenas, empresas mineras y otros bajo un conjunto de criterios comunes. Seleccionamos un lugar que fuera de alto valor para la biodiversidad y donde, si no se establecía un trabajo sistemático, se podían generar conflictos”, cuenta el coordinador del proyecto, Guillermo Espinoza, del CED.
La biodiversidad del salar
El lugar elegido fue el Salar del Huasco, un remanente de un lago pleistocénico que se extendía desde donde hoy está el lago Titicaca al sur del Perú y el sudoeste de Bolivia hasta la Región de Antofagasta de Chile. Cuando las condiciones ambientales fueron modificándose a lo largo de muchos años y el lago fue paulatinamente retrocediendo, los remanentes se convirtieron en “islas de humedad en un mar de aridez”.
Uno de estas “islas de humedad”, en la forma de un salar con lagunas que varían estacionalmente su tamaño, con una superficie máxima posible de unas 6.000 hectáreas, es lo que hoy se conoce como el Salar del Huasco, uno de los más prístinos que quedan en el altiplano chileno. Su ubicación entre dos altas sierras lo pone en una de las rutas más importantes para la migración de aves y como un lugar crucial para el descanso y anidamiento de aves migratorias en el norte de Chile.
1 comentarios :
es un lugar maravilloso,,,tuve la suerte de ir en febrero de este año,,,,una maravilla chilena
Publicar un comentario