Chuquicamata
Antes de que Chuquicamata comenzara --con la lentitud de un gigante que nace- a formar parte del concierto mundial donde participan los grandes extractores de las riquezas de la tierra, se desarrolló otra historia con distinta visión de la existencia y donde prevalece la suma de mitos, culturas olvidadas y leyendas.A modo de ejemplo, una de aquellas leyendas es la de aquel indígena atacameño que tuvo la oportunidad de cazar al Dios de los metales (un cóndor de oro) y pudo obtener grandes riquezas. Partió tras la divinidad, la enfrentó y la derrotó. Al verse vencido por un simple mortal, el cóndor de oro dio a elegir como premio una entre tres minas, de oro las dos primeras y de cobre la tercera.El indígena pensó que si escogía una de las dos primeras sería egoísta. Si se quedaba con la de cobre, ayudaría a su pueblo. La sabia respuesta fue alabada y aquel Dios pidió al indígena que lanzara tan fuerte como pudiera su "Chuqui"(lanza) y viera que "Camata" (distancia) podría recorrer. La leyenda dice que esa distancia constituye el tamaño final del hoy gigantesco yacimiento.
Lo que está más cercano en el tiempo y en la historia conocida fue lo de "la fiebre del Oro Rojo" registrada durante tres décadas entre 1882 y 1915, tras los buenos augurios del profesor de química y minerealogía Ignacio Domeyko y que originaron la instalación de la primera mina, bautizada Zaragoza, sobre el hoy histórico filón denominado "Mina Vieja". y que había sido explotado entre varios mineros --Manuel y José Toyos, Julio Pinkas, Luis Campos, Enrique Villegas, Hermógenes Navias y otros- entusiasmados por el aventurero Antonino Toro y que pasaría a la posteridad como uno de los primeros.
Empresarios y acaudalados de la época comenzaron a comprar las pertenencias de la zona y ya en 1890 estas alcanzaban a casi cuatrocientas. Chuquicamata creció rápidamente, surgió el robo y el asalto y se debilitaron la ley y el orden. No había agua ni higiene, surgieron las enfermedades y la mortandad derivada de la carencia de atención médica, junto con las plagas y las desventuras de todo tipo.
En 1917 se inicia la construcción del campamento, sólo a tres kilómetros de las rejas que marcaban el límite de las áreas de trabajo. Cercano a la Mina, comienza a nacer el Campamento Americano, con una arquitectura típica del país del norte y con su hoy histórico orden y diferencias. La "Special A" al estilo de las casas de los hacendados del sur de Estados Unidos estaba más arriba en el cerro que la sólo "Special", algo menos grande. Más abajo, para la ocupación de superintendentes, Large A, B o C y, finalmente, casas de pequeñas dimensiones para los futuros ingenieros de la Chile Exploration Company. La otra cara de las construcciones estaba representada por el "campamento de los trabajadores". Nacieron "Los 200", "Los 300", "Los 400" y "Los 500" y a estas casas se les llamó "Las Latas" porque se basaban en pilares de madera cubiertos por esterillas a las que se les agregaba cemento granulado. Las viviendas estaban separadas e incluso algunas quedaban en la cima de un cerro. En la parte baja se construía "Los Hundidos" y cada corrida llevaba -- hasta hoy mismo, ya prácticamente abandonadas- una gran letra que las identifica. En una gran explanada debajo de "Las Latas" se diseñó el sector para la escuela, la Iglesia y un campo de patinaje y, en el lado oeste, las "Tipo Adobes"
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2 comentarios :
Que interesante , ahi mucho que ver en esta pagina me gusto pero si cabe en esta categoria de pueblos desaparecidos se puede agregar la Aldea de Tulor en San Pedro de Atacama, hoy un museo que recuerda una aldea sepultada por arena.
lo agregaremos ;)
gracias por la acotación y visitar la página.
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