Lautaro

Lautaro (1534 –1557)

Luan- taro, en mapuche, nació en las selvas de Carampangue y el Tirúa el año 1534. Se formó al alero del gobernador Pedro de Valdivia quien lo tomó a su servicio en 1550, a la edad de 16 años, como mozo de caballerizas, y lo apodó Felipe. Es descrito por Alonso de Ercilla y Zúñiga como: 'Industrioso, sabio, presto,/ de gran consejo, término y cordura,/ manso de condición y hermoso jesto,/ ni grande ni pequeño de estatura.' Acompañó a Valdivia en sus campañas en el sur. A su lado aprovechó la oportunidad para estudiar las debilidades de los españoles. Más tarde convenció a los mapuches que los conquistadores no eran invencibles, que se rinden ante la fatiga y el cansancio, y que su número es tan reducido que carecen de hombres de reserva para reorganizarse en caso de desastre. Se destacan sus habilidades como estratega.

No se sabe a ciencia cierta en qué momento se une a los indígenas para combatir en las guerras de la conquista, pero se cree que huyó alrededor de 1553. Como líder de las fuerzas mapuches -armado de una lanza y organizando sus huestes de acuerdo a su particular estrategia militar-, participó en la batalla de Tucapel donde el gobernador Pedro de Valdivia perdió la vida. En esa ocasión su táctica consistió en retener a Gómez de Almagro en el fuerte de Purén, mediante un ardid: impedir a Valdivia la entrada al fuerte de Tucapel levantándole obstáculos y derrotar a los españoles por cansancio, oponiéndoles escuadrones sucesivos y derribando los caballos a golpes de maza y macana, prescindiendo de lanzas y arcos.

Lautaro venció a Francisco de Villagra en la batalla de Marigüeñu. Atacó Penco el 22 de diciembre. Capturó por segunda vez la ciudad de Concepción en 1556. Un año después inició su marcha hacia el norte, con el propósito de atacar Santiago. Cruzó el Maule y llegó a Chilipirco donde se encontraba el campamento español. El 1º de abril, mientras los mapuches dormían, las tropas conquistadoras los atacaron por sorpresa. Lautaro fue muerto de un lanzazo, por las fuerzas de Pedro de Villagra, en la batalla de Peteroa. Sus huestes combatieron por más de 5 horas hasta que los españoles lograron el triunfo.

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