Un moái (del rapanui moai, "escultura") es una estatua de piedra monolítica que sólo se encuentra en la Isla de Pascua o Rapa Nui, isla ubicada a 3.600 km al oeste de la costa continental de Chile y 2.100 km de Pitcairn de la Polinesia Oriental, siendo una de las islas más lejanas de la Polinesia, encontrándose actualmente bajo la administración y soberanía chilena.
Los moáis son el principal atractivo turístico de esta isla chilena, cuyos habitantes viven del turismo y la pesca.Los más de 600 moáis conocidos tallados por los antiguos rapa nui están distribuidos por toda la isla. La mayoría de ellos fueron labrados en toba del volcán Rano Raraku, donde quedan cerca de 400 moáis más (397 exactamente) en diferentes fases de acabado. Todo indica que la cantera fue abandonada repentinamente, quedando estatuas a medio labrar en la roca. Prácticamente todos los moáis terminados fueron posteriormente derribados por los isleños nativos en el período siguiente al cese de la construcción.
En un principio, estas estatuas gigantes llevaban también unos copetes o moños de piedra roja, llamados pukao, que pesan más de 10 toneladas, que se extraían en el cráter de Puna Pau, a veces muy lejos de las estatuas. Además, después debían ser levantados a la altura debida para colocarlos sobre las cabezas.
En 1978, se descubrió que en los huecos de los oculares se colocaban placas de coral a modo de ojos. Estos fueron retirados, destruidos, enterrados o arrojados al mar, en donde también se han localizado. Esto concuerda con la teoría que los mismos pobladores los derribaron, quizás durante guerras tribales.
Los primeros navegantes europeos que a comienzos del siglo XVIII llegaron a la Isla de Pascua no pudieron creer lo que estaban viendo. En esa pequeña área de tierra, descubrieron cientos de estatuas enormes sobre la superficie de toda la isla.El significado de los moáis es aún incierto, y hay varias teorías en torno a estas estatuas. La más común de ellas es que las estatuas fueron talladas por los habitantes polinesios de las islas, entre los siglos XII y XVII, como representaciones de antepasados difuntos, de manera que proyectaran su mana (poder sobrenatural) sobre sus descendientes.
Debían situarse sobre los ahus (plataformas ceremoniales) con sus rostros hacia el interior de la isla y tras encajarles unos ojos de coral o roca volcánica roja se convertían en el aringa ora (rostro vivo) de un ancestro.Se cree que montañas enteras fueron removidas para su creación. La roca volcánica podía ser cortada con relativa facilidad con herramientas de basalto y obsidiana, dándoles su forma básica en la propia cantera. Posteriormente eran extraídas y semienterradas en las cercanías para ser esculpidos los detalles.
Aun más controvertida es la manera en que eran trasportados por la isla hasta su ubicación definitiva. No se sabe exactamente cómo eran trasladados, pero es casi seguro que dicho proceso exigió el uso de trineos o rodillos de madera. Una segunda teoría apunta a que fueron movidos balanceándolos con cuerdas, aprovechando sus bases redondeadas para hacerlos avanzar balanceandose "como un refrigerador". Como respaldo a esa teoría están varias estatuas a medio construir que mostraban las características antes mencionadas.
Durante el verano del año 2000, un equipo arqueológico norteamericano descubrió datos que sugieren la utilización de máquinas complejas en la isla hace siglos. El geólogo Charles M. Love y un equipo de 17 estudiantes excavaron secciones de las tres principales carreteras que sirvieron para transportar las estatuas gigantes. Parte de estas carreteras fue excavada originalmente en el lecho de roca de la isla, formado principalmente de roca volcánica de un tipo conocido como pahoehoe.
Curiosamente, las carreteras no son planas sino que su sección muestra una forma característica en "V" o "U". Su anchura media es de 3.5 metros y no son en absoluto una obra de ingeniería de poca monta. En algunos tramos, las carreteras están flanqueadas por líneas de rocas.
Pero quizá lo más sorprendente es que estas rocas no están simplemente colocadas allí, sino encajadas en agujeros tallados en el lecho de roca que forma el suelo de la isla. Un detalle relevante es que este tipo de agujeros se da en los tramos en los que la carretera discurre cuesta arriba. El Dr. Love especula con la posibilidad de que estos agujeros fueran colocados allí para acomodar algún tipo de mecanismo ideado para ayudar a mover las gigantescas cabezas de piedra y salvar desniveles que, de otra manera, requerirían un notable esfuerzo.
Estos agujeros, así como la curiosa forma en "V" de las carreteras nos indican que todavía tenemos mucho que aprender sobre el sistema que emplearon los nativos de la isla de Pascua para erigir sus misteriosos moáis.
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Muy interesantes ambos blog, felicitaciones
si tienes nuevas dudas envíanos un correo contacto@chilesorprendente.com
2 comentarios :
Si no tiene inconveniente, pondré un link de este genial blog en el mío.
Saludos.
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