Aduana. Arica


La Aduana tiene la particularidad de ser una de las pocas construcciones que quedan en Arica del período anterior a la Guerra del Pacífico (1879-1883). El sismo que afectó la zona de Arica en 1868 destruyó la aduana de la ciudad, situada en el mismo emplazamiento que el edificio al que nos referimos. Por ello, el Presidente de Perú José Balta encargó a la firma Eiffel y Cía. la edificación de un vasto complejo aduanero, cuya construcción se efectuó entre 1871 y 1874, y que incluyó el edificio que persiste hasta hoy.

El diseño de la Aduana de Arica es neoclásico, y su planta rectangular. Los muros perimetrales son de ladrillo, que se trajo especialmente desde Francia, con pilares de piedra canteada. La estructura de la techumbre y de los pilares interiores es metálica; los espacios interiores se configuran en base a estos pilares, dispuestos a 3,3 metros uno del otro.

La armonía de proporciones de la Aduana de Arica y su perfecta simetría, unida al grato entorno que la circunda -el parque, rematado por el acceso al puerto, la Estación del Ferrocarril a La Paz y la Gobernación Marítima- la convierten en un hito urbano característico de la ciudad.

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